Siete pueblos bonitos de España para una escapada en el puente de octubre

El puente de octubre se ha convertido en uno de los momentos favoritos marcados en el calendario laboral de los españoles para organizar escapadas rurales, con temperaturas suaves, paisajes teñidos de colores otoñales y días aún lo bastante largos como para aprovechar la luz, muchos viajeros optan por dejar atrás la rutina y acercarse a pueblos con encanto repartidos por toda España.

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El turismo rural gana protagonismo en estas fechas: recorrer calles empedradas, descubrir la gastronomía local, caminar por senderos entre montañas o descansar frente al mar en pequeños pueblos pesqueros. Son experiencias que permiten disfrutar del viaje con calma, sin prisas y en contacto con tradiciones que se mantienen vivas. Este octubre, los pueblos más pintorescos del país ofrecen el plan perfecto para una escapada de uno o dos días.

Cadaqués Fuente: Adobe Stock

Cadaqués, Girona

Considerado la joya del litoral catalán, Cadaqués combina la esencia marinera con un legado artístico único. El pueblo, de casas blancas y calles estrechas, fue refugio de Salvador Dalí, cuya casa en Portlligat se ha convertido en museo. Desde la iglesia de Santa María se contempla toda la bahía, con un horizonte que inspiró a generaciones de pintores y escritores.

Muy cerca, el Parque Natural del Cap de Creus ofrece paisajes de rocas y mar de una belleza casi surrealista.

Albarracín, Teruel

En la provincia de Teruel, Albarracín conserva intacta su esencia medieval, sus murallas serpentean sobre la ladera y envuelven un casco histórico de casas rojizas que parecen suspendidas en el tiempo. Pasear por sus calles empinadas es descubrir rincones que conducen a la catedral del siglo XVI o al castillo, desde donde se domina todo el valle del Guadalaviar.

El pueblo es también un punto de partida ideal para acercarse al Parque Natural del Alto Tajo, donde abundan las rutas de senderismo y escalada.

Frigiliana, Málaga

Enclavado en la Axarquía, Frigiliana es uno de los pueblos blancos más reconocibles de Andalucía, su trazado morisco se mantiene vivo en las calles empedradas, las fachadas encaladas y los balcones floridos que parecen competir en colorido. Desde lo alto del pueblo, las vistas hacia el Mediterráneo son un regalo, mientras que en el corazón del casco histórico se respira la huella de su pasado árabe.

Frigiliana Fuente: Adobe Stock

A pocos minutos se encuentran las Cuevas de Nerja, con sus impresionantes formaciones de estalactitas, y las playas de la Costa del Sol, perfectas para completar la escapada.

Combarro, Pontevedra

En las Rías Baixas, Combarro es un pueblo marcado por el mar y la tradición gallega. Su imagen más reconocible son los hórreos que se alinean frente a la ría, símbolo de la arquitectura popular gallega. Las callejuelas empedradas y las tabernas marineras mantienen un ambiente auténtico, ideal para disfrutar de la gastronomía local.

Una escapada a Combarro se completa con la visita a la Ría de Pontevedra, donde se puede degustar marisco fresco acompañado de los vinos de la tierra.

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Valldemossa, Mallorca

En plena Serra de Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad, Valldemossa es sinónimo de calma y romanticismo. Sus calles empedradas y casas de piedra han inspirado a artistas y escritores, entre ellos Frédéric Chopin y George Sand, que pasaron aquí un invierno en la Real Cartuja. Hoy el monasterio sigue siendo uno de los lugares más visitados del pueblo, junto con sus jardines y pequeñas plazas.

Valldemossa Fuente: Adobe Stock

La visita se completa con un paseo hasta el puerto y con la degustación de la tradicional coca de patata con un granitzat d'ametlla en alguna de sus cafeterías.

Aínsa, Huesca

En el corazón del Pirineo aragonés se alza Aínsa, un pueblo medieval donde parece que el tiempo se detuvo, su plaza mayor porticada, el castillo y la iglesia de Santa María evocan la importancia histórica de esta villa, escenario de leyendas y batallas. Desde lo alto de las murallas se obtiene una de las vistas más espectaculares del Pirineo Central.

La ubicación de Aínsa lo convierte también en un excelente punto de partida para adentrarse en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, uno de los espacios naturales más valiosos de España.

Alcalá del Júcar, Albacete

Excavado en la roca y asomado al río, Alcalá del Júcar es uno de los pueblos más singulares de Castilla-La Mancha, sus casas cueva se alinean en la ladera formando un paisaje casi irreal, que se completa con un castillo medieval y un puente romano que todavía cruza el río.

Un paseo por la llamada Ruta del Agua permite contemplar desde otra perspectiva la unión entre el pueblo y su entorno natural. A poca distancia se encuentra el Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima, famoso por la Cascada del Río Mundo, uno de los saltos de agua más espectaculares de la península.

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