Ceuta, un destino auténtico que emociona a cada paso


La ciudad de Ceuta se erige como un destino turístico sorprendente, exótico y emocionante, con una riqueza cultural sin igual y a un paso de la península. Un destino diferente, que apuesta por la autenticidad con su gastronomía mestiza y su increíble patrimonio, asegurando al viajero recuerdos inolvidables.
Bañada por dos aguas, el Atlántico y el mar Mediterráneo, Ceuta es un lugar único, tanto por su belleza natural como por su cultura y su riqueza patrimonial que, unidas a su identidad social, la convierten en un destino turístico exótico y dinámico.
Es también un destino marítimo de primer orden donde pasear, navegar, bucear o disfrutar del kayak a lo largo de sus 21 kilómetros de costa de perfil variado que incluye desde playas urbanas con todas las comodidades, a calas y rocas perfectas para pescadores y fotógrafos submarinos, distribuidos en dos bahías: la atlántica más fría y agitada, y la mediterránea, templada y tranquila.

Una de las virtudes de Ceuta es su cercanía, con más de 20 conexiones marítimas diarias con la península y la posibilidad de llegar a ella en helicóptero, en un vuelo de 7 minutos desde Algeciras o de media hora desde el Aeropuerto Internacional de Málaga, facilitando así el acceso desde cualquier lugar del mundo.
Llegar a la ciudad autónoma en barco constituye ya en sí un agradable mini crucero con todas las comodidades que ofrecen los ferrys de alta velocidad en trayectos 60 minutos aproximadamente. Estos buques ofrecen la posibilidad de viajar en clase turista o club además de permitir los vehículos particulares, motos o autocaravanas.
Donde se unen las emociones
Como puerta de Europa a África, Ceuta fusiona los dos continentes en una personalidad única. Es un lugar donde conviven cuatro culturas: cristianos, judíos, musulmanes e hindúes.
Ese carácter entrelazado confiere a Ceuta muchas influencias diferentes que tienen reflejo en sus mercados locales y en su sabrosa gastronomía, con lo mejor de su fuerte influencia andaluza y marroquí. Esos aromas permiten saborear platos muy diferentes en una sola ciudad, con restaurantes de cocina tradicional, bares de tapas y recetas de vanguardia para todos los gustos.

El visitante puede optar un día por el tapeo, con la gran variedad de pinchos y tapas que encontrará a buenos precios en todo tipo de bares y mesones, mientras que al siguiente puede decidirse por visitar un restaurante en el que saborear todo tipo de pescados y mariscos frescos procedentes tanto del océano Atlántico como del Mediterráneo, como son el mero, boquerón, el atún, la caballa (que además es el gentilicio por el que son conocidas las personas nacidas en Ceuta) pez limón, salmonete o las coquinas.
Existe una gran tradición en la elaboración de salazones. La industria salazonera y conservera ceutí, tiene sus orígenes en la época romana. Entonces el istmo de la Ciudad estaba cubierto por edificios donde se fabricaban salazones y la economía se basaba en el aprovechamiento de los recursos marinos, comercializando con los salazones y las famosas salsas garum, que eran unas salsas hechas con vísceras fermentadas de pescado que causaban sensación entre las capas más altas de la sociedad de la Antigua Roma. Como herencia de ello, han llegado hasta nuestros días los excelentes salazones de bonito, huevas, mojama de atún y “volaores” (que es como popularmente se conocen a los peces voladores). Su elaboración se suele realizar entre mayo y septiembre, cuando es frecuente ver secar el pescado en zonas como la explanada de Juan XXIII, la Lonja o de manera artesanal en muchos hogares. Además, los salazones no sólo son consumidos de manera directa sino que intervienen en varias recetas tradicionales.
Historias y secretos
El patrimonio de Ceuta tiene auténticas joyas dignas de conocer, como es el Conjunto Monumental de las Murallas Reales, declarado Bien de Interés Cultural en 1985. Además de ser unos de los puntos de interés turístico y cultural más importantes de la Ciudad, ofrece una de las mejores vistas de la misma y promete atardeceres inolvidables, con vistas directas al Estrecho de Gibraltar y al norte de Marruecos. El origen de estas murallas se remonta a la época bizantina, cuando en el año 534, el Emperador Justiniano I, conquistó Ceuta y mandó a construir unas murallas como defensa de la Ciudad. En el año 711 comienza la época de dominación árabe que duraría aproximadamente 7 siglos. Durante estos siglos las murallas seguirían en pie. En 1415, la Ciudad es conquistada por los portugueses, y un siglo más tarde, estos modificarían las murallas, haciéndolas más fuertes y robustas y convirtiendo el foso seco que habían dejado los árabes en un foso navegable.

Lo mismo sucede con la Puerta Califal, el secreto mejor guardado de Ceuta, ubicado en el interior de la Muralla Real. Este yacimiento omeya ofrece al visitante un excepcional compendio histórico que va desde la Prehistoria hasta la actualidad, en no más de 20 metros lineales de visita gratuita.
Entre las perlas que embellecen esta ciudad única destaca el Parque Marítimo del Mediterráneo, un pequeño paraíso en sí mismo, ubicado en el centro de la ciudad, con más de 56.000 metros cuadrados de lagos azules de agua salada, cascadas y saltos de agua salpicados de palmeras. Diseñado por el artista canario César Manrique, no es de extrañar que sea el principal atractivo turístico de la localidad y una de las mejores opciones de ocio para los propios ceutíes, pues contiene todos los ingredientes necesarios para disfrutar de una experiencia natural e inolvidable en un solo recinto.
La diversión y el descanso están asegurados gracias a la amplia oferta de restauración que ofrece el complejo: puedes encontrar tanto bares de tapas como restaurantes de comida típica con los que deleitar tu paladar.

Para conocer y comprender mejor la extraordinaria cultura ceutí, la ciudad cuenta con una amplia red de museos y salas de exposiciones tanto civiles como militares, con la que descubrir destalles de su historia de una forma amena. Entre los que destacan: el Museo de la Basílica Tardorromana, Yacimiento de la Puerta Califal, Museo del Revellín, Museo de las Murallas Reales, Museo de la Legión, Museo de Regulares, Museo del Castillo del Desnarigado.
Más allá de la historia de Ceuta, cuyo origen se encuentra en el primer asentamiento conocido en el territorio, con 300.000 años de antigüedad, su situación estratégica le ha permitido recoger la huella de todas las civilizaciones que la visitaron a lo largo de los siglos y también convertirse en el escenario de historias y leyendas.
La ciudad tiene una fuerte conexión con la mitología griega, lo que impregna de magia sus calles y monumentos. Un claro exponente son Los Hércules de Ceuta, dos grandes esculturas de bronce talladas por el artista ceutí Ginés Serrán-Pagán, que representan al héroe clásico durante el preciso momento de la separación de Europa y África y la fusión de las aguas del Atlántico y el Mediterráneo.
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