Turismo astronómico
¿Cuándo se pueden observar lluvias de estrellas en verano?
Durante las noches estivales, el firmamento cobra un protagonismo singular pero, ¿cuáles son las mejores fechas para contemplar lluvias de estrellas en los meses más cálidos del calendario?
Publicada 11/07/25

El cielo nocturno se convierte cada verano en un escenario privilegiado para los fenómenos astronómicos más esperados del año. En verano de 2025, los meses de julio y agosto ofrecerán una doble cita para los amantes del turismo astronómico: las Delta Acuáridas, a finales de julio, y las Perseidas, a mediados de agosto. Ambas lluvias de estrellas nos recuerdan que, en plena temporada estival, el universo sigue ofreciendo espectáculos gratuitos e inolvidables para quienes deciden levantar la vista y mirar más allá.
Con la llegada del verano en el hemisferio norte, el cielo nocturno se convierte en el escenario ideal para uno de los fenómenos más fascinantes del universo: las lluvias de meteoros.
Aunque estos eventos celestes tienen lugar a lo largo de todo el año, es precisamente en julio y agosto cuando se manifiestan algunas de las lluvias más intensas y populares entre astrónomos aficionados, amantes de la naturaleza y familias que buscan experiencias memorables al aire libre. No hace falta equipamiento especializado, solo cielos oscuros, paciencia y el deseo de presenciar una auténtica lluvia de estrellas cruzando la noche.
Durante el verano 2025, destacan dos citas astronómicas ineludibles: las Delta Acuáridas y las Perseidas. Ambas alcanzan su punto álgido durante las vacaciones estivales y ofrecen una visibilidad excelente desde amplias zonas del planeta, especialmente en áreas alejadas de la contaminación lumínica.
Estas lluvias de meteoros tienen su origen en antiguas estelas de cometas, cuyos fragmentos de polvo quedan suspendidos en el espacio hasta que la Tierra, en su órbita anual, vuelve a cruzarse con ellos, generando estos destellos que iluminan fugazmente el cielo.

Delta Acuáridas
Las Delta Acuáridas inauguran la temporada alta de lluvias de estrellas en verano, desplegándose entre el 12 de julio y el 23 de agosto.
El periodo de máxima actividad está previsto para la noche del 28 al 29 de julio, donde será más fácil poder apreciarlas en el cielo nocturno
Con una tasa de aproximadamente 20 meteoros por hora, se caracterizan por su trazo largo y tenue, como si el cielo sollozara luz en silencio.
Su procedencia está asociada a los cometas Marsden y Kracht, y su radiante se localiza en la constelación de Acuario. Para este verano 2025, se prevé que la Luna, en fase creciente, se oculte temprano en la noche, lo cual propiciará condiciones óptimas de oscuridad para disfrutar del fenómeno a partir de la medianoche.

Perseidas
Unas semanas más tarde será el turno de las Perseidas, consideradas las auténticas protagonistas del verano. Esta lluvia de estrellas, también conocida como "las lágrimas de San Lorenzo", se activa entre el 17 de julio y el 24 de agosto y son visibles desde todo el hemisferio norte.
El periodo de máxima actividad se dará entre la noche del 12 y la madrugada del 13 de agosto, donde se podrán observar hasta 200 meteoros por hora a una velocidad de 50 kilómetros por segundo
Aunque la presencia de una Luna gibosa menguante podría dificultar la visión de los meteoros más débiles, las Perseidas son famosas por su intensidad y brillo, capaces de ofrecer un espectáculo impactante incluso con algo de luz lunar. Proceden del cometa Swift-Tuttle y su radiante se sitúa en la constelación de Perseo.
Más allá de su magnitud, lo que confiere valor a la experiencia es la conexión emocional que despierta: observar una lluvia de estrellas en el silencio del verano se convierte en una vivencia contemplativa, que invita a la pausa y al asombro frente a la inmensidad del cosmos.

Consejos para una observación óptima
La lluvia de meteoros fascina no solo por su intensidad, sino por lo que representa: una pausa silenciosa bajo el cielo estrellado, donde la espera paciente de un meteoro se convierte en un acto de contemplación y conexión con lo esencial.
En una era marcada por la prisa y la hiperconectividad, mirar al firmamento adquiere un valor casi sagrado: es una invitación a la introspección y al reencuentro con lo eterno.
Este espectáculo natural puede disfrutarse sin instrumental astronómico, pero conviene seguir ciertas recomendaciones para vivirlo en todo su esplendor. La primera es alejarse de los núcleos urbanos para evitar la contaminación lumínica. También es fundamental permitir que la vista se adapte a la oscuridad —lo que puede tardar entre 20 y 30 minutos— y mantener una actitud paciente. Aunque la mayor actividad suele darse pasada la medianoche, los meteoros pueden observarse desde el anochecer.
Dos factores clave condicionan la experiencia:
- Condiciones meteorológicas
Aunque la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) aún no ha facilitado una previsión detallada para la noche del máximo de las Perseidas, será posible consultarla en los días previos a través de su web oficial. - Contaminación lumínica
Para disfrutar del fenómeno con nitidez, es imprescindible buscar ubicaciones alejadas de fuentes artificiales de luz, preferiblemente en zonas elevadas. Se recomienda acudir a un Destino Turístico Starlight o utilizar herramientas como Light Pollution Map, que permite identificar las zonas con menor contaminación lumínica. En el mapa, las áreas más favorables se destacan en color azul.

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