Vídeos | Debate
Tasa turística: ¿Maná para los destinos o sablazo para el visitante? La visión de tres expertos
Nuria Montes (HOSBEC), Jonathan Gómez (Málaga) y José Antonio Donaire (Barcelona) confrontan argumentos a favor y en contra
Publicada 06/12/25
Vídeos
La tasa turística sigue siendo uno de los temas que mayor controversia genera en la gestión de los destinos españoles. En el marco de la jornada de turismo urbano organizada por Hosteltur, en colaboración con Las Palmas de Gran Canaria, se celebró un intenso debate sobre el impuesto por pernoctaciones. La sesión permitió contrastar tres realidades muy distintas: la oposición frontal del sector empresarial en la Comunidad Valenciana, la experiencia de Barcelona y la vía exploratoria que transita actualmente Málaga.
Para abordar esta cuestión, la mesa contó con Nuria Montes, secretaria general de HOSBEC; Jonathan Gómez, director general de Turismo del Ayuntamiento de Málaga; y José Antonio Donaire, comisionado para la gestión del turismo sostenible en el Ayuntamiento de Barcelona. Lejos de quedarse en la superficie, los ponentes detallaron las cifras, los riesgos y las estrategias detrás de cada postura.
¿Por qué a favor o en contra?
El primer bloque de la discusión sirvió para definir las líneas rojas de cada invitado. Nuria Montes fue tajante al definir la figura impositiva no como una herramienta de sostenibilidad, sino como un parche financiero. "Estamos exclusivamente ante un mecanismo recaudatorio", afirmó. Su argumento central es que los municipios turísticos sufren una infrafinanciación crónica por parte del Estado y las autonomías, y que la tasa se utiliza para cubrir ese déficit a costa del sector privado, en lugar de reformar el sistema de financiación local.
Por su parte, Jonathan Gómez situó a Málaga en una posición de "exploradores". El destino no se cierra a la implantación de la tasa, pero la condiciona a la prudencia y el análisis. "Tenemos motivos para pensar que es tremendamente positiva, pero también dudas que queremos resolver", explicó. Para Málaga, la tasa puede ser positiva si supera el argumento meramente recaudatorio y se convierte en una palanca para reforzar la calidad del destino, siempre bajo un paraguas de seguridad jurídica.
En el otro extremo, José Antonio Donaire defendió la tasa basándose en la experiencia empírica de Barcelona. Su postura a favor se sustenta en la necesidad de compensar los servicios extras (limpieza, seguridad, mantenimiento) que la población flotante exige a la ciudad. Donaire estableció dos condiciones básicas para que el impuesto funcione: "Diálogo y consenso con el sector, y un ejercicio de transparencia total sobre la trazabilidad de los recursos".
El caso de Málaga: consenso y marco legal como requisitos innegociables
El Ayuntamiento de Málaga, tal y como expuso Jonathan Gómez, se encuentra analizando casos prácticos nacionales e internacionales. El alcalde, Francisco de la Torre, ha manifestado en varias ocasiones que se necesitaría un marco legal, autonómico o nacional. "Sin reglas del juego, no hay juego posible", sentenció Gómez.
En el supuesto de que se aprobara este marco, Málaga tiene claro que el destino de los fondos no sería únicamente la promoción. Gómez detalló que la recaudación debería revertir en servicios públicos para los ciudadanos -mejorando así la percepción social del turismo- y en beneficios para los hoteleros, proponiendo por ejemplo la financiación de instalaciones de energías limpias que reduzcan las facturas operativas de los alojamientos.
Respecto al riesgo de perder competitividad, el director de Turismo de Málaga desestimó que la tasa, o la ausencia de ella, sea determinante para captar mercados. Como prueba, aportó datos de su estrategia de segmentación "quirúrgica": sin tasa turística, la ciudad ha logrado crecer un 190% en el mercado coreano y un 45% en el japonés, además de elevar al mercado estadounidense al tercer puesto en importancia. "No creemos que la implantación de una tasa nos vaya a mejorar el posicionamiento, pero tampoco que vayamos a dejar de captar mercados por tenerla", concluyó, citando ejemplos de capitales europeas que la aplican con éxito.
El caso de la Comunidad Valenciana: derogación y crítica a la economía sumergida
La intervención de Nuria Montes, secretaria general de HOSBEC, aportó la perspectiva de un destino que aprobó el impuesto en 2022 para derogarlo a finales de 2023 tras el cambio de gobierno, sin que llegara a entrar en vigor. Montes, que impulsó dicha derogación como consejera de Turismo de la Comunidad Valenciana, calificó la tasa aprobada por el anterior ejecutivo de la Generalitat Valenciana como un "engaño", al presentarse como municipal pero tener una estructura autonómica.
Montes desgranó los motivos económicos de su rechazo. Con 31 millones de pernoctaciones hoteleras en 2024, estimó que la recaudación habría oscilado entre los 60 y 90 millones de euros. "En una comunidad con un presupuesto de más de 50.000 millones, esta cantidad es irrelevante para mejorar la vida de los ciudadanos", argumentó. Además, cuestionó la capacidad de la administración para gestionar eficazmente estos fondos, recordando la dificultad existente para ejecutar los fondos europeos asignados a sostenibilidad.
Sin embargo, su crítica más dura se centró en la discriminación fiscal. La secretaria general de HOSBEC denunció que la tasa grava exclusivamente al alojamiento reglado, dejando exenta a la oferta de alojamiento ilegal que opera en la economía sumergida. El mensaje que se traslada a la ciudadanía al implantarse una tasa turística, advirtió Nuria Montes, es que los turistas no pagan impuestos y por eso se les obliga pagar un tributo específico, "cuando la realidad es que solo se castiga al cliente legal", señaló. Montes añadió que tampoco se graba a los excursionistas que pasan el día en la ciudad y consumen recursos públicos sin pernoctar.
El caso de Barcelona: 100 millones de euros y la gestión de la demanda
Barcelona representa el modelo de aplicación intensiva de la tasa turística. La ciudad recauda cerca de 100 millones de euros anuales gracias a una estructura impositiva doble (tramo autonómico más recargo municipal), donde un huésped de hotel de 5 estrellas paga actualmente 7,5 euros por noche.
José Antonio Donaire, comisionado del Ayuntamiento de Barcelona para el Turismo Sostenible, detalló la "trazabilidad" de estos ingresos, que se destinan a varias acciones, entre ellas cubrir costes extras de servicios; fomentar el turismo de reuniones (MICE) y cultural; y llevar a cabo intervenciones especiales en los llamados Espacios de Gran Afluencia Turística (EGA).
Ante la pregunta de si la subida de precios desplaza la demanda a municipios vecinos, Donaire fue contundente: "Empíricamente, hemos demostrado que la presencia de turistas no ha parado de crecer". Según los datos del Ayuntamiento, ni la demanda ni el gasto medio se han resentido. El comisionado argumentó que, para el turista internacional (90% de los visitantes de Barcelona), esta tasa es una práctica estandarizada en Europa y representa una fracción muy pequeña del coste total del viaje. Además, subrayó la lucha activa contra la oferta ilegal de alojamiento, para asegurar que "las reglas del juego sean las mismas para todos".
Intercambio de ideas: la propuesta del IVA frente a la tasa
El debate alcanzó su punto álgido en el turno de preguntas cruzadas, donde Nuria Montes lanzó una propuesta alternativa concreta: la cesión a los municipios del 1% del IVA recaudado en todo el sector turístico. "¿Tendríais otra visión acerca de la necesidad de este impuesto adicional si tuvierais ese 1%?", inquirió Montes.
La respuesta de Jonathan Gómez fue reveladora. Calificó la propuesta de cesión del 1% del IVA como "acertadísima" y necesaria para combatir la infrafinanciación local. No obstante, matizó que, incluso con ese 1% del IVA, Málaga no renunciaría necesariamente a una tasa turística complementaria. "El turista cosmopolita abraza la tasa porque cree que apoya la sostenibilidad", afirmó Gómez, poniendo el foco en la reputación del destino.
José Antonio Donaire, por su parte, evitó pronunciarse sobre la fiscalidad del IVA, reiterando que "cada destino tiene una singularidad" y que las recetas no son universales.
En el cierre del debate, se abordó la figura de quién recauda el impuesto de pernoctaciones turísticas. Mientras Montes lamentó que los hoteleros tengan que hacer de "recaudadores a coste cero" para la administración, asumiendo el desgaste ante el cliente, Donaire defendió que el sistema es integral y afecta a todos los actores, incluidos los cruceros.
Puedes ver el debate completo en el siguiente vídeo:
Para comentar, así como para ver ciertos contenidos de Hosteltur, inicia sesión o crea tu cuenta
Inicia sesiónEsta noticia no tiene comentarios.