Turismo urbano: viajeros comprometidos con la sostenibilidad, pero no a cualquier precio

En cuanto a los cambios en la forma de consumir destinos urbanos, aunque la sostenibilidad gana enteros, la satisfacción sigue considerándose la principal palanca a la hora de elegir un destino. Uno de los aspectos más relevantes y que más ha cambiado de un tiempo a esta parte es que a los nuevos viajeros cada vez más les interesa la autenticidad, la inmersión cultural y una experiencia respetuosa con el entorno local.

En este sentido, Alejandro Páez, cofundador y director de operaciones de Canarian Hospitality, apuntó a que, en concreto, los nómadas digitales -una de las tendencias más en auge, sobre todo tras la pandemia- están especialmente identificados en alianzas con productos locales y actividades locales. El cliente cada vez valora más la autenticidad y la coherencia, como señala David López, director comercial de Ilunion, "ya no viajan para hacer una lista de sitios, sino para sentir el destino, con una cierta sensibilidad hacia una nueva forma de viajar más responsable".

Proveedores aliados con los destinos para el crecimiento sostenible

En cuanto al valor que se da a lo local y las experiencias, Enrique Espinel, director de operaciones de Civitatis, destacó que uno de los cambios que más están percibiendo es que "las experiencias que ofrece el destino se ponen más en el centro del viaje", para entender la esencia del lugar al que viajan.

Otro de los aspectos que salieron a relucir es cómo los proveedores, tanto de alojamiento como de experiencias, pueden convertirse en aliados de los destinos para contribuir al crecimiento en clave sostenible. Desde el diseño de las actividades con oferta que contribuya a la redistribución de los flujos turísticos hasta las propias recomendaciones que se dan en un hotel a los clientes para disfrutar de una experiencia más local.

Sostenibilidad sí, pero, ¿a cualquier precio?

La sostenibilidad se valora cada vez más -sobre todo entre los segmentos más jóvenes- aunque, como ha apuntado David López, "lo que realmente funciona es cuando la sostenibilidad mejora la experiencia" y no puede implicar renuncias. Y menos en el precio, salvo que "el mensaje que se lance justifique bien por qué algo es más caro", como ha señalado Alejandro Páez, algo en lo que ha coincidido Enrique Espinel "hay que ponerlo en valor, el factor precio es el más sensible".