Desconcentración del turismo
17 mayo, 2025 (02:21:10)Hace pocas semanas conocimos un estudio de Ávoris Travel Insights en el que, entre otros ítems, se preguntaba al viajero si “no parecer turista es la nueva forma de parecer turista”. Una amplia mayoría (58%) se mostró bastante o muy de acuerdo [1]. Iremos viendo en qué medida es una tendencia pasajera o una nueva forma de disfrutar los viajes, pero parece verosímil pensar que el hecho de que el turista no quiera parecerlo ni consumir productos para turistas pueda tener algo que ver con los movimientos ciudadanos de protesta que se han producido y que, por lo que se conoce, se seguirán produciendo [2]. Convendría no minusvalorarlos, ni mucho menos ignorarlos, sobre todo porque no son contra el turismo en sí, sino contra su modelo de gestión (o de no gestión).
Así, en el contexto de la creciente presión turística que experimentan determinados destinos consolidados, la necesidad de avanzar hacia modelos de desarrollo más sostenibles ha puesto en primer plano dos estrategias complementarias: la desconcentración temporal y espacial del turismo, buscando una distribución menos desigual de los flujos turísticos a lo largo del año (desestacionalización) y/o sobre el territorio, reduciendo la concentración en enclaves saturados durante determinados períodos y extendiendo los beneficios -y también los impactos- del turismo a otras áreas menos visitadas. Nada de esto es nuevo, por lo que es evidente que son “enfermedades” no fáciles de curar.
Desde la perspectiva temporal, la desestacionalización busca mitigar los picos de demanda que, en muchos destinos, colapsan los servicios públicos, generan tensiones con la población residente y comprometen la calidad de la experiencia turística. Para ello, los gestores turísticos están impulsando productos adaptados a públicos que viajan fuera de temporada (por ejemplo, seniors, teletrabajadores o nómadas digitales, turismo idiomático, rodajes cinematográficos), así como la organización de eventos culturales, deportivos o gastronómicos que actúan como atractores de público foráneo en los periodos tradicionalmente bajos.
A este respecto, debe tenerse muy en cuenta cómo y dónde se llevan a cabo conciertos, festivales o similares, que, en efecto, pueden llenar los alojamientos durante unos días (¿de qué tipo de público?) y generan actividad económica, pero también pueden afectar severamente a la vida cotidiana de mucha gente, especialmente de quienes residen en las inmediaciones. ¿O ya no nos acordamos de la reacción -más que justificada con los registros de contaminación acústica, etc.- de los residentes en el entorno del estadio Santiago Bernabéu, y sus consecuencias, por citar el caso quizás más emblemático? Todo esto es muy bonito siempre que no te toque aguantarlo a ti en la puerta de tu casa… El turismo no puede justificarlo todo, así que hay que planificarlo muy bien, minimizando sus impactos negativos.
Más complejo resulta el reto de la desconcentración espacial. Este proceso persigue extender la actividad turística hacia territorios que, por diversas razones, han estado al margen del mapa turístico tradicional: áreas rurales, interiores, espacios naturales o barrios periféricos. En principio, esta estrategia puede generar oportunidades para la diversificación económica, la revitalización social y la puesta en valor del patrimonio local. Sin embargo, conlleva también riesgos y dilemas que no deben ignorarse.
En todo ello, una cuestión central, y a menudo soslayada, es la del consentimiento social. ¿Desea la población residente en estos nuevos destinos recibir más turismo del que han tenido hasta ahora? ¿Está preparada para ello? ¿Le interesa un modelo de turismo intenso, constante durante todo el año, o preferiría uno más gradual, selectivo y controlado?
Estas preguntas apuntan a un pilar clave del desarrollo turístico: la necesidad de una gobernanza participativa. Numerosos estudios han subrayado la importancia de involucrar activamente a la comunidad local en los procesos de planificación y toma de decisiones. No basta con diseñar estrategias desde los despachos; es imprescindible escuchar a quienes habitan los territorios, entender sus aspiraciones y preocupaciones, y construir con ellos una visión compartida del futuro turístico.
En este sentido, la desconcentración del turismo no puede entenderse como una mera redistribución técnica de flujos (si es que los turistas quieren). Es, ante todo, una estrategia que debe estar arraigada en el territorio y legitimada por sus actores. Sin participación ciudadana real, sin gobernanza inclusiva, cualquier intento de redistribuir el turismo corre el riesgo de reproducir, en nuevos espacios y en nuevos tiempos, los mismos problemas que se pretendían evitar.
Por tanto, para que las estrategias de desconcentración turística resulten eficaces, cabe recomendar a los gestores de los destinos que:
*Apliquen los presupuestos de promoción de forma coherente. Como referencia, la anunciada nueva campaña de Turespaña va en esa línea [3].
*Realicen diagnósticos participativos que incluyan encuestas, entrevistas y talleres con la población local antes de impulsar nuevos desarrollos turísticos.
*Eviten una visión instrumental de los territorios y sus comunidades, integrando sus valores culturales, ritmos de vida y expectativas en la planificación.
*Promuevan estructuras de gobernanza locales, como observatorios turísticos o consejos participativos, donde los residentes tengan voz y voto real.
*Desarrollen narrativas auténticas del destino que respeten su identidad y eviten la banalización de su cultura o entorno.
*Evalúen de forma continua los impactos, no solo económicos, sino también socioculturales y ambientales, de las nuevas estrategias de desconcentración.
En definitiva, no se trata solo de intentar mover turistas de un sitio a otro ni de llenar vacíos del calendario, sino de construir, conjunta y coherentemente, destinos turísticos armoniosos [4], esto es, más justos, equilibrados y respetuosos con quienes hacen posible la experiencia turística: los territorios y sus gentes, sabiendo que lleva tiempo y requiere de un plan de acción consistente a largo plazo.
[1] https://www.hosteltur.com/169462_el-turismo-de-experiencias-que-busca-el-nuevo-viajero-en-el-destino.html
[2] https://www.infobae.com/espana/2025/03/17/turistas-britanicos-temen-un-verano-de-protestas-en-espana-por-la-masificacion-hay-activistas-que-amenazan-con-bloquear-aeropuertos/ - https://www.ultimahora.es/noticias/local/2025/04/28/2375719/menos-turismo-mas-vida-clamor-contra-masificacion-extiende-por-espana.html - https://www.nytimes.com/es/2025/05/01/espanol/mundo/turismo-de-masas-verano-europa-protestas.html
[3] https://www.hosteltur.com/169543_turespana-prescindira-de-playas-y-ciudades-en-su-nueva-campana.html
[4] https://www.hosteltur.com/comunidad/005851_presente-y-futuro-del-turismo-los-destinos-turisticos-armoniosos.html - https://www.hosteltur.com/comunidad/005862_generando-turismofilia-el-destino-turistico-armonioso-dta.html - https://www.hosteltur.com/comunidad/005884_gestion-de-destinos-cerca-o-lejos-de-la-armonia.html

Foto: Pexels.
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