Retos y amenazas al turismo español: sostenibilidad (II)
2 julio, 2025 (06:13:21)Abordamos hoy el asunto quizás más controvertido del turismo español: ¿Existe un límite al número de turistas que puede atender España? Y decimos atender, ya que ese número límite ha de incluir tanto los turistas internacionales como los nacionales. En este sentido se produce la paradoja de que cuanto mayor sea el número de españoles que deciden vacacionar en el exterior mayor es el “espacio”, que dentro de ese hipotético número límite de turistas, se “libera” para acoger a turistas internacionales.
Dejando aparte, de momento, esta reflexión, la práctica unanimidad de las previsiones, tanto oficiales como de entidades privadas de estudio y análisis, están de acuerdo que en el presente ejercicio de 2025 la cifra de viajes (que no de viajeros) internacionales a España llegará a los 98 millones y, algunos estiran esa previsión hasta la cifra mágica de los 100 millones. Esta cifra ha alarmado a muchos comentaristas, que destacan los episodios ciudadanos de malestar contra el turismo expresados en manifestaciones en destinos concretos: Barcelona, Mallorca y algunos lugares canarios.
Es muy posible que la Administración General del Estado, que en su Secretaría de Estado de Turismo (La Subdirección General de Conocimiento y Estudios Turísticos de TURESPAÑA) tiene una muy competente unidad dedicada al análisis de la compleja realidad de la actividad turística, haya dedicado especial atención al impacto que haya podido tener en la opinión pública lo que se ha dado en denominar externalidades negativas del turismo. En octubre de 2023, TURESPAÑA anunció la realización de “un estudio para medir la actitud de la población local tanto en la percepción del impacto sobre el destino como sobre la vida personal”. En abril de 2024, la unidad mencionada publicó que ya se estaban realizando mediciones sobre la sostenibilidad turística en los ámbitos económico, medioambiental y social, especialmente en esta última. Este estudio se denominó “Medición de la Sostenibilidad del Turismo (MST) partiendo de una iniciativa de la antigua Organización Mundial del Turismo (OMT), hoy ONU TURISMO. Se trataba de “medir la relación del índice de aceptación con variables de interés como el tamaño del destino, su tipología, la presión sobre el destino, la edad, el sexo, el nivel de estudios y la ocupación, entre otros. El fin declarado era determinar, tanto a nivel general como de destino, sobre qué elementos pueden actuar los poderes públicos y el sector privado para mejorar la sostenibilidad social y el nivel de aceptación”.
No cabe sino alabar esta decisión, que, conociendo el rigor de la unidad proponente y encargada de su realización, hay que suponer razonablemente que se ha llevado a cabo y que su aportación para orientar la acción tanto de la Administración pública como del sector privado es de alto valor.
Sin embargo, ese estudio no se ha hecho público, aunque sus resultados están sin duda inspirando la estrategia turística del Gobierno, al menos en lo que se refiere a la recientemente presentada campaña de comunicación de TURESPAÑA para los mercados internacionales, que pone el acento exclusivamente en los destinos por descubrir, y que está inspirada por el objetivo de la desconcentración geográfica.
Ante el desconocimiento del estudio de TURESPAÑA hemos de buscar fuentes alternativas. Una reciente, denominada “Informe de viajes sostenibles”, realizada por BOOKING en 34 países, entre ellos el nuestro, contiene resultados de interés, tal como recogió recientemente Hosteltur:
-El 59% de los encuestados reconoce que el turismo tiene un impacto positivo en el destino, aunque un 64% estima que la cantidad de visitantes que recibe no es la adecuada.
-Los residentes se muestran preocupados por la masificación, la acumulación de residuos, la congestión del tráfico y el impacto en el coste de la vida.
-Como soluciones proponen mejorar el transporte público, optimizar la gestión de residuos y solamente un 19% limitar el número de visitantes.
La conclusión de este Informe de BOOKING es que el residente del destino reconoce el impacto positivo del turismo y pide una mejor gestión para reducir sus efectos negativos.
El estudio de TURESPAÑA sobre sostenibilidad convendría que se hiciese público, en primer lugar, para conocer cuál es la situación real de la opinión pública sobre un tema tan sensible y susceptible de manipulación, en el que, paradójicamente, se desea que haya menos turistas y, al tiempo, no se renuncia a ser turista. En segundo lugar, para ayudar al sector privado a diseñar medidas concretas para hacer frente a la amenaza de rechazo al turismo. Estamos viendo que se producen acusaciones demagógicas contra el turismo achacándole incluso la culpa de la falta de vivienda, y proponiendo soluciones radicales que ya se han mostrado ineficaces e incluso contraproducentes.
El conocimiento riguroso de la realidad y de la percepción de la opinión pública permitiría construir sobre el amplio consenso ya existente en el sector privado en que la posible solución al llamado “sobreturismo” está en le mejora de la gestión de los flujos turísticos, unida a la mejora de las infraestructuras de los destinos y al incremento de la financiación de las administraciones locales responsables de buena parte de los servicios que prestan a una población sobredimensionada durante determinados períodos del año. Desgraciadamente, y tal como se apuntó en el artículo anterior de esta serie, la coordinación entre los diferentes niveles de la Administración pública es todavía más difícil de conseguir que la cooperación público-privada, tal como expresaron los alcaldes participantes en la reunión de la Alianza de Municipios Turísticos de Sol y Playa.
Los posibles remedios a esta amenaza no residen solo en actuaciones materiales de política de oferta turística, en la que España es notoriamente insuficiente. También es imprescindible una labor de comunicación, basada en motivaciones emocionales y no solamente en datos fríos: PIB, empleo, balanza de pagos. Por ello en la reciente conmemoración de los 40 años de TURESPAÑA, a la que gentilmente fuimos invitados aparte del creador del Organismo, Ignacio Vasallo, algunos de los responsables de la política turística de etapas anteriores, me permití sugerir una nueva función a TURESPAÑA: la comunicación a la opinión pública española de los beneficios que el turismo reporta a la población española proporcionándole unos servicios de transporte, restauración, alojamiento, ocio que no serían posibles sin el sustento de la actividad turística. Nadie, en este tiempo en que el relato prima sobre el dato, puede hacerlo mejor que TURESPAÑA, ya que la labor de atraer el turismo siempre se ha basado en una comunicación emocional, cuyo éxito es patente.
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