Las respuestas a los desafíos

De dónde venimos y hacia dónde vamos: los retos del transporte aéreo

Aunque el sector aéreo ha venido recuperándose progresivamente después de la pandemia, aún tiene por delante retos sin precedentes

Publicada 17/03/25

De dónde venimos y hacia dónde vamos: los retos del transporte aéreo

Con la meta de la sostenibilidad en el horizonte y el reto de hacer frente a una creciente demanda, el transporte aéreo se enfrenta a importantes desafíos en los próximos años. Tareas con respuestas en las que ya están trabajando tanto compañías como organismos públicos

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La industria aérea, uno de los sectores más dinámicos y globalizados del mundo, enfrenta hoy enormes desafíos. Aunque el sector aéreo ha venido recuperándose progresivamente después de la peor crisis global de su historia debido a la pandemia de Covid-19, aún tiene por delante retos sin precedentes, pero con perspectivas positivas a largo plazo de asegurar un futuro más sostenible, seguro y eficiente para la aviación.

Sostenibilidad: el reto de las emisiones

Uno de los mayores desafíos que enfrenta la aviación es su impacto ambiental y la descarbonización de su actividad. Aunque la aviación internacional representa menos del 3,5% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) de la Unión Europea, es una de las fuentes contaminantes que contribuyen al cambio climático que más rápido ha crecido. El número de pasajeros aéreos en la Unión Europea se ha triplicado desde 1993 y las emisiones de la industria aérea, casi un 130% en las últimas dos décadas, siendo el crecimiento más rápido en todo el sector del transporte.

La carrera del SAF

La vía más expedita que tienen las aerolíneas para avanzar en su descarbonización es, sin duda, el uso de combustibles de aviación sostenibles (SAF, por sus siglas en inglés), mientras se desarrollan otras tecnologías de cero emisiones como los aviones eléctricos o los propulsados con hidrógeno verde, más complejas y para las que aún faltan años de recorrido.

Los SAF permiten reducir en un 80% las emisiones de CO₂ del ciclo de vida del combustible y ya se puede mezclar en un 50% con el queroseno convencional sin necesidad de hacer adaptaciones a las aeronaves e infraestructuras. El Parlamento Europeo aprobó la normativa RefuelEU Aviation que, entre otras cosas, establece las cuotas de SAF que las aerolíneas deberán mezclar con el carburante convencional. El reglamento exige, a partir de 2025, una cuota mínima del 2% de SAF al repostar en los aeropuertos europeos. La proporción deberá alcanzar el 6% en 2030, el 20% en 2035 y llegar al 70% para 2050, cuando el sector se ha fijado el objetivo de lograr la neutralidad en carbono y emisiones netas cero.

Sin embargo, el gran reto del SAF es su producción que, para la Asociación del Transporte Aéreo Internacional (IATA), está aumentando, pero de forma “decepcionantemente lenta”. En 2024, los volúmenes de producción de SAF alcanzaron 1 millón de toneladas, el doble de los 0,5 millones de toneladas producidos en 2023. En ese sentido, los SAF representaron el 0,3% de la producción mundial de combustible para aviones y el 11% del combustible renovable mundial, significativamente por debajo de las estimaciones anteriores. Se espera que en 2025 la producción de SAF alcance los 2,1 millones de toneladas, o el 0,7% de la producción total de combustible para aviones y el 13% de la capacidad mundial de combustible renovable.

Sin embargo, los gobiernos están enviando señales contradictorias a las compañías petroleras, que siguen recibiendo subsidios para su exploración y producción de petróleo. Ante el alto coste del SAF y su escasez, las aerolíneas están reclamando a los gobiernos que apuesten por políticas que promuevan la investigación y su desarrollo mediante incentivos para escalar su producción, frente a aquellas, como la aplicación de impuestos, que pueden reducir la actividad aérea y llevar a los viajeros a escoger otros destinos fuera de la Unión Europea, donde no hay tales obligaciones.

La carrera del SAF y los objetivos de 2050 son los grandes desafíos a los que tiene que hacer frente el transporte aéreo en los próximos años.

Competitividad y rentabilidad

Europa se enfrentó a numerosos desafíos que afectaron a su competitividad en 2024, incluidos el aumento de los salarios, las paradas de flotas, las restricciones de vuelo relacionadas con el ruido, el aumento de las tasas aeroportuarias las regulaciones onerosas y los altos impuestos nacionales.

La guerra en curso en Ucrania sigue afectando a las aerolíneas del continente, con el 20% de su espacio aéreo cerrado, lo que resulta en rutas más largas a algunos destinos de Asia, ya que el espacio aéreo ruso sigue estando fuera del alcance de las operadoras europeas. No obstante, se espera que en 2025 se observe un ligero repunte de la rentabilidad, impulsado en gran medida por el sector de las aerolíneas de bajo coste, que da la espalda al pico de paradas de flota de 2024 debido a problemas en la cadena de suministro.

De dónde venimos y hacia dónde vamos: los retos del transporte aéreo
2025, año de oportunidades. Fuente: Adobe Stock

La barrera de los problemas en la cadena de suministros

Los problemas en la cadena de suministro siguen afectando negativamente el desempeño de las aerolíneas en 2025, aumentando los costes y limitando el crecimiento. Una de las peores consecuencias es que la edad media de la flota mundial ha aumentado hasta un récord de 14,8 años, un aumento significativo respecto del promedio de 13,6 años del período 1990-2024.

Asimismo, las entregas de aeronaves han caído drásticamente desde el pico de 1.813 aviones en 2018. La estimación para las entregas de 2024 es de 1.254 aviones, un 30% menos que lo previsto al comienzo del año. En 2025, se prevé que aumenten a 1.802, por debajo de las expectativas previas de 2.293 entregas.

Mientras tanto, la flota envejecida que utilizan las aerolíneas tiene mayores costos de mantenimiento, quema más combustible y requiere más capital para mantenerla en vuelo.

Maniobras y rutas más eficientes: ¿El estado del cielo único europeo?

Las aerolíneas también están haciendo grandes esfuerzos e inversiones en renovar sus flotas con aviones de nueva generación, un 20% más eficientes en el consumo de combustibles, un 50% menos ruidosos y con más espacio y confort en sus cabinas, sumando prácticas como asientos y carritos de servicio al pasajero más livianos, aligerando el peso de los aviones para ahorrar combustible y emisiones. Asimismo, están incorporando maniobras y operaciones más eficientes en rutas más directas que, en su conjunto, permiten un ahorro del 10% del carburante y reducir las emisiones a la atmósfera.

Enaire, el proveedor español de los servicios de navegación aérea, dentro de su Plan de Vuelo 2025, ha incluido una serie de iniciativas flyclean que responde a los objetivos de descarbonización y reducción de emisiones de las aerolíneas.

Asimismo, el organismo ha establecido operaciones de descenso continuo, que no solo suponen un ahorro de combustible y reducción de emisiones, sino también una menor huella sonora sobre las poblaciones próximas a los aeropuertos. Desde Enaire destacan que los proyectos de reestructuración del espacio aéreo han contribuido a que la aviación sea cada vez más sostenible mediante rutas más directas y eficientes.

Aunque hasta octubre pasado el tráfico aéreo ha aumentado un 10,8%, la eficiencia de las rutas ha mejorado debido a las medidas adoptadas por la entidad, permitiendo a las aerolíneas que dejaran de volar 221.000 millas náuticas (409.000 km), equivalentes a más de 10 vueltas a la Tierra; ahorrarse 2.400 toneladas de combustible y dejado de emitir a la atmósfera 7.600 toneladas de CO2.

Aena, el gestor aeroportuario, también aprobó su Plan de Acción Climática en el que se plantea los objetivos de alcanzar en 2026 la neutralidad de carbono y de Net Zero Carbono en 2040, logrando una reducción del 94% para 2030 de las emisiones por pasajero asociadas a sus propias operaciones. El desarrollo de este plan supone unas inversiones cercanas a 550 millones de euros (periodo 2021- 2030). También se propone impulsar la reducción de emisiones asociadas a las aerolíneas y a los agentes de handling con el uso de flotas eléctricas para las operaciones en tierra. Para 2030, implantará ‘hidrogeneras’ para el suministro de combustible alternativo.

La eficiencia de combustible mejoró de 4,3 litros/100 pasajeros-kilómetros (RPK) en 2023 a 4,2 litros/100 RPK, lo que refleja un aumento interanual de 0,9 puntos porcentuales en los factores de carga de peso total (% ATK).

Otros desafíos y tensiones

Con fuertes incertidumbres geopolíticas y económicas, los riesgos más significativos para las perspectivas de la industria incluyen:

Conflictos bélicos: las perspectivas empeorarían si las guerras en Europa y Oriente Medio se mantienen y se extendieran. Por el contrario, es probable que lograr la paz en cualquiera de los dos conflictos tenga un impacto positivo, en particular en el caso de la guerra entre Rusia y Ucrania. Ambos han incidido en el mapa de rutas, especialmente entre Europa y Asia, reduciéndo la conectividad aérea entre ambas regiones.

Otra variable que puede determinar las previsiones para los próximos meses está relacionada con los precios más bajos del petróleo y los costes de combustible resultantes, y son un factor importante de las mejores perspectivas para las aerolíneas en 2025. Si estos no se materializan por algún motivo y considerando los estrechos márgenes de la industria, las perspectivas podrían cambiar significativamente.

Más información:

-5 claves sobre cómo contabilizará IATA la reducción de emisiones del SAF

- Boeing impulsa la producción de electro-SAF con un socio europeo

- Los aviones reducen más de un 25% sus emisiones de CO2 en España

Lluc García

Miriam González

Diana Ramón

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