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El cierre gubernamental en Estados Unidos ya golpea al sector turístico

La crisis presupuestaria afecta a los visitantes en Nueva York y podría extenderse en los próximos días a museos, espacios naturales y transporte aéreo

El cierre gubernamental en Estados Unidos ya golpea al sector turístico

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El cierre gubernamental iniciado este miércoles en Estados Unidos amenaza con alterar los planes de miles de turistas. La Estatua de la Libertad, uno de los iconos más visitados de Nueva York, amaneció cerrada, mientras se multiplican las dudas sobre el funcionamiento de parques nacionales, museos y aeropuertos. Los viajeros podrían enfrentarse en los próximos días a cancelaciones, restricciones de acceso y retrasos en vuelos.

Cierre gubernamental en EE.UU: impacto en turistas y retrasos aéreos
La Estatua de la Libertad, en Nueva York. Fuente: Adobe Stock

La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, fue tajante al rechazar la posibilidad de mantener abierto el monumento de la Estatua de la Libertad. A diferencia de su predecesor Andrew Cuomo, que en 2018 justificó la medida como una señal de “fuerza y esperanza” en tiempos “tumultuosos”, Hochul responsabilizó directamente a los republicanos de la situación: “Si la antorcha de la Estatua de la Libertad se apaga, será gracias a los republicanos de Washington que rechazan el sentido común y abandonan al pueblo para el que fueron elegidos como representantes”.

El cierre de la Estatua, que el año pasado recibió 3,72 millones de visitantes, supone un golpe para uno de los principales atractivos turísticos de Nueva York.

Mientras tanto, en Washington, los museos del Instituto Smithsonian permanecerán abiertos, al menos hasta el 6 de octubre. Sin embargo, han cerrado ya sus puertas el Obelisco y los Archivos Nacionales.

El bloqueo presupuestario arrancó tras fracasar las negociaciones entre republicanos y demócratas en el Congreso para aprobar un nuevo plan de gastos. Según la BBC, no se esperan avances inmediatos y la próxima votación no se celebrará hasta el viernes. Entre tanto, los despidos de miles de empleados federales son “inminentes”.

En el ámbito de los viajes, los efectos podrían sentirse de manera directa en aeropuertos y parques nacionales.

Aunque los controladores aéreos y el personal de la TSA están considerados trabajadores esenciales y seguirán en sus puestos, no recibirán su salario hasta que se resuelva el cierre. En la crisis anterior de 2018, esta situación derivó en un aumento de las bajas por enfermedad, con consecuentes demoras en numerosos viajes.

Respecto a los Parques Nacionales, la administración de Donald Trump optó la anterior vez por dejarlos abiertos, aunque con personal mínimo, lo que generó problemas de seguridad y conservación. Ante este nuevo escenario, un grupo de más de 40 exsuperintendentes ha pedido a la Casa Blanca que ordene su cierre total. “No dejamos los museos abiertos sin conservadores, ni los aeropuertos sin controladores aéreos, y no deberíamos dejar nuestros parques nacionales abiertos sin trabajadores del Servicio de Parques Nacionales”, advirtieron en un comunicado.

Con la falta de acuerdo político en Washington y sin un horizonte claro de salida, las consecuencias para turistas, aerolíneas y destinos emblemáticos de Estados Unidos podrían multiplicarse en los próximos días.

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