De botella de champagne a gaseosa esbafada

Tras los ingeniosos memes sobre la avalancha de visitantes que presuntamente iban a invadir el Pirineo tras la apertura de la movilidad entre las provincias de Aragón y la "liberación" de Zaragoza (que concentra más de la mitad de la población de Aragón), el pasado fin de semana fue muy tranquilo.

1. El Pirineo está preparado para una mayor afluencia de visitantes, de los que Aragoneses simplemente son el 15% en esta época del año. La imposibilidad de venir de navarros, vascos, castellanos, madrileños, valencianos, catalanes, ... se nota.
2. La gente todavía tiene miedo al contagio y, no solo es prudente en sus hábitos, sino también en sus decisiones de viaje,

Además, habíamos olvidado cómo se volvió a la actividad tras el confinamiento de la primera ola: la actividad volvió poco a poco, de forma escalonada, aún a pesar de que entonces se lanzaban múltiples mensajes de tranquilidad hablando de la "nueva normalidad", en lugar de las acutales llamadas a la prudencia.

Por tanto, todo parece indicar que la reactivación de nuestros destinos turísticos podría ser lenta, de forma progresiva, afianzando cada paso y evitando dar ningún traspiés que diera por tierra todas nuestras ilusiones de trabajo para este verano.

Veamos el lado positivo, nuestros visitantes son sensatos, nuestros protocolos de gestión son adecuados, mantengamos la ilusión, trabajemos en preparar el próximo verano, ... ojalá que también tengamos la oportunidad de trabajar en Primavera.

Saldremos de esta, seguro.