Presente y futuro del turismo: los Destinos Turísticos Armoniosos
11 octubre, 2024 (02:04:58)En mi post anterior, con motivo del día mundial de turismo de este año[i], introduje el concepto de “destino turístico armonioso” (DTA), como propuesta sobre la que asentar el presente y el futuro del turismo. Es un concepto que encapsula e integra otros que han ido sucediéndose a lo largo del tiempo (como los de turismo ético, responsable, sostenible, regenerativo, …, inteligente) hasta crear una jungla terminológica en la que se confunden, sin saber muy bien en qué coinciden y en qué se diferencian. No es la intención de quien suscribe contribuir a esa confusión con un término más, ni de estimular el negocio de las certificaciones de todo tipo (que merecerían una reflexión aparte), sino de sintetizarlos en una orientación hacia el bien común a través de la difusión del bienestar hacia todas las partes implicadas, incluido el medio ambiente y las generaciones futuras.
El elemento central, como característica que se pretende alcanzar, es la armonía, que puede definirse, en términos genéricos, como la proporción y correspondencia de unas cosas con otras en el conjunto que componen; o como el equilibrio de las proporciones entre las distintas partes de un todo. Aplicada al turismo, como ya se decía en el referido post, es evidente que, hoy por hoy, esta característica no puede ser atribuida a muchos destinos, por muchas certificaciones que tengan. Sus disfunciones hunden sus raíces en las desproporciones o desequilibrios (sobreturismo, turismofobia, falta de mano de obra, estacionalidad, etc.) que la apartan de ese carácter armónico.
Permítame, estimado/a lector/a, la licencia de poner un símil musical que revela la belleza de la armonía: ¿a quién no le gustaría que su destino turístico “sonara” como una orquesta sinfónica bien afinada? La armonía que emana de esa orquesta, que sentimos al escucharla, es fruto del buen hacer de músicos que han estudiado mucho durante muchos años para llegar a formar parte de la misma, que, además de su experiencia, ensayan muchas horas para acercarse lo más posible a la excelencia a la que aspiran, y que siguen una partitura hecha (y conducida) con maestría. Apliquémoslo a un destino turístico: muy buenos profesionales, motivados para llevar a sus organizaciones y al destino en su conjunto a las cotas marcadas, orientados por una visión a largo plazo y un plan para hacerla realidad que han sido elaborados con la participación y anuencia de todos los grupos de interés, así como liderados con competencia por quienes están al frente de sus órganos de gobernanza. Este esquema ya nos da pie a identificar posibles áreas de mejora (profesionalización, nuevas competencias para adaptarse a un nuevo tiempo, perspectiva global del destino, planificación estratégica, modelo de gobernanza) para que el destino se acerque al perfil que se desea, caracterizado por su armonía.
Repárese en que la armonía, cuando se aplica a una empresa o a un destino turístico, no es un estado terminal que se alcanza y en el que se permanece, sino que es un proceso que fluye, que siempre estará fluyendo en la medida en que el entorno es dinámico, a un ritmo que dependerá de los cambios en el mismo y de las características de los gestores de cada destino y de las organizaciones que en él operan.
Más específicamente, ¿qué distingue un DTA de otro que no lo es? Veamos las tablas siguientes (relativas a su concepto, funcionamiento y resultados), no sin antes detenernos en definir un destino turístico con tres rasgos:
*Un territorio (ciudad, conjunto de municipios, provincia, región, país) con capacidad para atraer visitantes de manera significativa para su economía, en el que coexisten diversos actores públicos y privados que prestan servicios en el sentido más amplio.
*Un sistema complejo de relaciones sociales y de negocio en torno a la actividad turística, orientado a la generación de bienestar entre las personas y organizaciones que interactúan en el mismo.
*Una obra colectiva que se desarrolla alrededor de los recursos con los que cuenta (naturales, culturales, etc.), que deben ser preservados para las generaciones futuras, y con la aportación de todas las personas y organizaciones que en él operan al ritmo del cambio que dicta el entorno.
Fuente: elaboración propia (aún inacabada).
Fuente: elaboración propia (aún inacabada).
Todo esto representa un cambio cultural, que, desde los entes gestores de los destinos, sería preciso propiciar y monitorizar. El futuro será de los DTAs, es decir, de aquellos que consigan establecer una trama de relaciones equilibradas con y entre todos sus grupos de interés. Sólo de interacciones armoniosas emanarán acciones que irradien bienestar y, por ende, turismofilia y competitividad. Probablemente, sea más fácil alcanzar esa armonía en los microdestinos, en un proceso de abajo hacia arriba.
¿Cómo le “suena” su destino turístico?
[i] https://www.hosteltur.com/comunidad/005833_con-motivo-del-dia-mundial-del-turismo-2024-paz-entre-residentes-y-visitantes.html
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