Detrás del espejismo: la dicotomía de Tailandia como destino turístico
29 octubre, 2024 (09:15:00)Tailandia es el octavo destino turístico más popular del mundo gracias a su cultura, gastronomía y paisajes impresionantes. En un país cuya población supera ya los 72 millones de personas, los viajes contribuyen con un 21.9% al PIB nacional (un turista promedio gasta 167 USD por día).
Cuando pensamos en Tailandia, imaginamos sus impresionantes playas, paisajes naturales, rica herencia cultural con templos y festivales, así como la hospitalidad tailandesa conocida como "la tierra de las sonrisas", junto con una gastronomía que es reconocida a nivel mundial. Todo esto es tangible y real, y gran parte de esta imagen nos llega gracias a su marca país: la iniciativa "Amazing Thailand" de la Autoridad de Turismo de Tailandia. ¿Cómo? Ofreciendo al mundo la riqueza cultural, las impresionantes playas y mejorando la infraestructura turística, así como promoviendo la hospitalidad y biodiversidad del país, para posicionarlo como un destino turístico de clase mundial y generar significativos ingresos económicos (busca atraer más de 40 millones de visitantes extranjeros y generar 3.4 billones de baht en ingresos el próximo año).
Sin embargo, también son reales los desafíos internos que no veremos en las campañas turísticas, como la inseguridad en provincias menos visitadas como Yala, Pattani, Narathiwat y Songkla, afectadas por atentados de grupos insurgentes, los peligros en la frontera con la vecina Myanmar, o los peligrosos conflictos en las provincias de Tak y Chiang Mai, donde aún hay una fuerte presencia militar. En cuanto a su sistema de gobierno, Tailandia se rige por una élite política y militar articulada en torno a la monarquía para proteger el régimen de cualquier posibilidad de cambio, con una “falsa” y restaurada democracia instaurada en medio de un clima de represión política que incluyó arrestos, torturas e incluso la desaparición forzosa de destacados disidentes en el extranjero. Bien es sabido que puede caerte medio siglo de cárcel como castigo por criticar a la monarquía en Tailandia. O que el país es, de alguna manera, y a pesar de sus durísimas sanciones y sus recientes buenas prácticas, el centro neurálgico del narcotráfico en el Triángulo Dorado. Habiéndolo visitado, desde adentro el país luce como cualquier país en vías de desarrollo, donde la gente no mantiene limpia sus calles, sus ríos, sus ciudades, hay basura por todas partes, el tráfico es un caos, y la distribución de electricidad, es un completo desorden.
¿Tourism-washing?
Las campañas turísticas destacan lo mejor del país para atraer visitantes y fomentar el crecimiento económico, ofreciendo una visión idealizada que puede no reflejar problemas internos como conflictos políticos, desigualdades o que el salario mínimo de un trabajador tailandés sea de menos de 11 dólares al día. Esto plantea un dilema ético y práctico para los turistas, que deben decidir si caen en el "tourism-washing" y apoyan un destino que enfrenta serios desafíos detrás de su fachada promocional. Es crucial responsabilizarse e informarse más allá de las campañas de marketing y considerar el impacto de su visita en el contexto local, así como la autenticidad de la promoción turística.
Famoso es el caso de Israel, por ejemplo, quien se presenta como un destino seguro, inclusivo y abierto, pero que contrasta profundamente con las tensiones y conflictos políticos en la región, que a menudo quedan fuera del discurso turístico. También podemos hablar de India, promocionado mundialmente como destino de espiritualidad que atrae a millones de visitantes a sus festivales y monumentos históricos, pero que sigue enfrentando denuncias de abusos de derechos humanos, como el reciente caso donde miembros de una casta dominante obligaron a dos chicas jóvenes de una casta inferior a ser violadas y desfilar desnudas. Además, el reciente incidente de una viajera motera española que fue violada en grupo por siete hombres, tras salirse de las zonas consideradas “turísticas” nos hace replantearnos esta percepción de “tourism-washing” y la enorme brecha que existe entre la imagen idealizada que se proyecta y las complejidades de la realidad interna de una región.
Crimen en el paraíso: ¿cómo afecta a la percepción de Tailandia?
Pocos crímenes son capaces de levantar tanta expectación mediática como el protagonizado por Daniel Sancho el pasado año en Tailandia. Tenía tantos tintes de true crime que se apoderó en solo horas de la actualidad a nivel mundial. Un atractivo joven de famoso apellido era acusado de matar y descuartizar a un doctor colombiano por un presunto asunto amoroso en la idílica isla tailandesa de Koh Phangan. ¿Cómo podría afectar el crimen y su resolución judicial a la imagen “a medida” que nos llega de Tailandia?
El juicio a Daniel Sancho captó hace días los focos de todos los medios internacionales, cuyos corresponsales cubrían, con jornadas maratonianas, todo lo sucedido en la corte de Koh Samui. Tailandia se jugaba su prestigio mundial por el caso de Daniel Sancho. Si no se justificaba con una sentencia ejemplar se podría lanzar un mensaje peligroso: con una pena mínima, un país cuya base económica vive de la acogida de turistas en sus playas paradisíacas podría ser acusado de peligroso e inseguro. La resolución final: cadena perpetua. Tailandia es un lugar donde, aparentemente, asesinar se castiga. Sin embargo, el caso “Sancho” ha dado fama mundial a otro fenómeno: las ya populares cárceles tailandesas, donde los reclusos conviven en total hacinamiento, peleas e insalubridad mientras luchan por sobrevivir en condiciones infrahumanas, dejando expuesto que, mientras en países como España un preso es retirado para ser “reinsertado” en la sociedad, en Tailandia es simplemente un castigo".
¿Viajar a Tailandia? Sí, pero con cuidado y sin hacer ruido.
Pero no nos engañemos: en toda esta vorágine de acontecimientos hemos olvidado qué nacionalidad ha quedado salpicada por mala reputación: primero por el suceso en sí mismo, después por el aluvión de periodistas españoles que han acudido a hacer preguntas incómodas sobre descuartizamientos durante la temporada alta de unas islas que vivían del turismo, y por último, por el cambio de declaración del asesino confeso, asesorado por su equipo español, para jugar la carta de declararse inocente, en manos de un abogado de oficio, y cuando los hechos hablaban por sí solos. Por eso, se habla ahora de continuas muestras de rechazo a españoles por parte de la población tailandesa, y de turistas españoles siendo vetados en ciertos lugares. De hecho, en el hotel de los sucesos, se llevó a cabo un rito de purificación tailandés y ahora no permite las reservas a los turistas españoles, alegando que es “imposible” alojarse allí.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de España ha emitido un comunicado urgente aconsejando a los ciudadanos españoles extremar precauciones al viajar a Tailandia, debido a preocupaciones de seguridad y condiciones legales, exacerbadas por el caso de Daniel Sancho. Se insta a los viajeros a registrar sus datos en el Registro de Viajeros del Ministerio para facilitar la asistencia en emergencias, y se enfatiza la importancia de contratar un seguro de viaje que cubra hospitalización, repatriación y asistencia legal. Además, el Ministerio ha fortalecido su red de embajadas y consulados en Tailandia para brindar apoyo a los ciudadanos españoles y recomienda evitar áreas conflictivas, así como seguir las recomendaciones locales.
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