La reputación del turismo en Cataluña ha registrado un importante descenso durante el segundo trimestre de 2025, situándose en apenas 3 puntos sobre 10, según el último Barómetro de Percepción Turística de la consultora LLYC (Llorente y Cuenca). Esta caída de 1,7 puntos respecto al trimestre anterior refleja un aumento significativo del malestar ciudadano ante la masificación, el encarecimiento de la vivienda y la percepción de inseguridad en zonas turísticas.
El informe, que analiza más de 58.500 mensajes en redes sociales, señala que el 74,5 % de las opiniones expresadas sobre el turismo en la región son negativas
El informe destaca un incremento en las manifestaciones contra el turismo masivo, especialmente en Barcelona, donde la "turistificación" de barrios enteros ha generado tensiones entre residentes y propietarios de viviendas destinadas a alquiler turístico. Las protestas, que han reunido a cientos de personas, denuncian la falta de vivienda asequible, la precarización del empleo asociada a este modelo económico y una pérdida de identidad, con áreas de la ciudad transformándose en "parques temáticos para turistas".
La contaminación atribuida al turismo, particularmente por el tráfico de cruceros, también ha ganado protagonismo en el debate público. Según el informe, cada crucero puede emitir hasta 50 kg de partículas finas por estancia, lo que afecta directamente a la calidad del aire en la ciudad. La presión ciudadana ha derivado en llamados a limitar el número de estas embarcaciones y adoptar medidas para reducir su impacto ambiental.
Al mismo tiempo, Barcelona ha sido escenario de diversos robos a turistas durante el trimestre que han reforzado la percepción de inseguridad y han deteriorado la imagen de la ciudad como destino seguro.
Lujo, cultura y sostenibilidad, los puntos fuertes
Pese al predominio del sentimiento negativo, el informe identifica varias áreas de percepción positiva. El turismo de lujo ha experimentado un crecimiento del 22 % en compras, con un gasto medio diario de 1.000 euros por visitante, y se ha consolidado como un motor económico relevante. Además, eventos culturales como el Primavera Sound y la designación de Barcelona como Capital Mundial de la Arquitectura 2026 refuerzan su atractivo cultural.
En el ámbito de la sostenibilidad, la ciudad ha comenzado a implementar estrategias para reducir la huella ambiental del turismo, incluyendo la promoción de cruceros de menor impacto y el nombramiento de un comisionado específico para el turismo sostenible.
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