Entrevista

Gay de Liébana: La imagen de corrupción generalizada nos destroza como país

Este país bien gestionado, con gente con talento y que lo supiera hacer bien, tiene un gran potencial

Publicada 20/02/15
Gay de Liébana: La imagen de corrupción generalizada nos destroza como país

El profesor José María Gay de Liébana se muestra reacio a hablar de recuperación porque cree que “hemos tocado fondo, pero no sabemos cuánto tiempo estaremos ahí”. Aunque reconoce que “si España no va mejor es porque a España no le da la gana. Prueba de ello son todas las tiendas cerradas que se encuentran los turistas los domingos en Barcelona. No podemos dejar de estar al servicio del cliente”. En esta entrevista nos desvela el papel que juegan la marca España y el turismo en nuestra imagen internacional.

- ¿La credibilidad de la marca España, y la marca España en sí misma, gozan de buena salud?

Creo que es mejorable. Hay una parte muy buena, nuestros deportistas, que son valores regios. Pero luego tenemos la imagen de nuestros políticos que no dan la talla, algún que otro movimiento territorial, y a unos chavales que quiere cambiar el país, que es lo que preocupa de la marca España. Aunque también hay empresas sólidas, de gran proyección y referentes en sus mercados, pese a que hay otras con litigios en algunos lugares con determinadas obras, lo que no me gusta porque damos imagen de poca seriedad. Y tenemos un valor, que quizás no hemos sabido apreciar adecuadamente, Su Majestad el Rey Juan Carlos, que en los últimos tiempos se le ha maltratado mucho; aunque ahora tenemos un Rey que me gusta y que de momento lo está haciendo muy bien. Pero la marca España nos la tenemos que ganar, la tenemos que trabajar y tenemos que hacer grande el país como lo hace Rafa Nadal, por poner una referencia.

- ¿Cree que nos ven mejor fuera de lo que nos vemos nosotros mismos?

El español es un poco cainita y muy autodestructivo, pero me gustaría hacer una lectura positiva. Es decir, quizás es que somos críticos con nosotros mismos, no nos gusta cómo funciona el país y querríamos que las cosas fuesen mucho mejor de lo que van. Pero esto tiene un efecto desánimo en nuestros jóvenes que me preocupa, porque muchos se van fuera con un espíritu de emigración porque consideran que no tienen oportunidades en España. Por ello deberíamos volver a generar en ellos la ilusión de ser español.

“Un Ministerio que sea de Industria, Energía
y Turismo para mí ya es un error tremendo”, afirma el académico.“Un Ministerio que sea de Industria, Energía y Turismo para mí ya es un error tremendo”, afirma el académico.

- ¿Qué papel está jugando la corrupción en la imagen de la marca-país?

La imagen de corrupción generalizada nos destroza como país. En todas partes puede haber cosas raras, pero no en el ámbito europeo. Seguramente desde fuera no lo ven como nosotros, pero también es cierto que no nos ayuda para nada. Por tanto creo que hemos de regenerarnos en este sentido, hemos de ser un país muy serio, muy estable, muy sólido, muy transparente y muy seguro; por lo que hemos de exigir a nuestros políticos que hagan las cosas bien. Evidentemente esto no cambia en un año ni en dos, pero tendríamos que echar a toda esta clase política, que se den cuenta que, como los futbolistas, han dado los mejores años de su vida en favor del equipo y ahora tienen que retirarse y dejar paso a las nuevas generaciones que ya están despuntando en todos los partidos, porque se necesitará al menos una década para esa regeneración. Para 2025 empezaremos a ver los frutos, pero eso significa que hay que exigir mucho a partir de ahora para que esos jóvenes, que han vivido toda esta podredumbre tan de cerca, den el salto y cojan las riendas para cambiar y hacer una España mucho mejor. Pero lo que ha avanzado este país ha sido brutal, aunque lamentablemente los últimos años se han visto envueltos en una picaresca con bribones que han metido mano en las arcas públicas, con un gasto público desmesurado y sin control que nos ha llevado a donde estamos ahora, con una situación de cuentas públicas muy mala.

- ¿Y qué papel le corresponde al turismo en este cambio?

El turismo es determinante, pero me pregunto si lo hemos sabido calibrar adecuadamente en el sentido de que igual nos pronunciamos en su momento demasiado hacia el modelo de baratura, en detrimento de lo que hubiera sido un turismo más consistente, más recio, de calidad, lo que ahora queremos de alguna forma atraer. Un turismo de calidad que se identifica con los hoteles de alta gama, el turismo rural de categoría, la buena gastronomía y deportes como el golf o la vela. Es el turista con un elevado gasto medio diario que luego acaba radicándose aquí, generando un microcosmos económico como ocurre en Mallorca. El turismo además nos exporta muy bien: la gente que vuelve contenta habla positivamente de España a su entorno, y eso también es promocionar el país. Es un gran activo que hemos de saber cuidar. No en vano el impacto del turismo es el que está detrás de la mejora de la economía, por lo que sin duda el turístico es un sector económico clave que hay que tutelar, promocionar, proteger y darle todo tipo de facilidades.

- ¿Por qué cree entonces que el sector turístico no tiene el reconocimiento que debiera como motor de la economía española?

Porque seguramente no tenemos gobernantes que sepan valorar las cosas adecuadamente. Para empezar, un ministerio que sea de Industria, Energía y Turismo para mí ya es un error tremendo, porque el turismo es lo suficientemente importante como para tener su propio ministerio y potenciar así una industria de primerísimo interés para la causa española. De este modo el sector tendría una buena representación y gozaría del reconocimiento adecuado. Además no sería un ministerio caro porque sólo tendría que coordinar las políticas de las comunidades autónomas al estar las competencias transferidas.

- Para finalizar, ¿cuáles son las fortalezas y debilidades de la marca España?

España tiene un valor intangible muy alto como puerta de entrada entre Europa y América, además de muy buenos activos como una industria agroalimentaria que no sabemos valorar, una gran industria hotelera, un sector sanitario en el que somos una potencia aunque lamentablemente esta mala gestión pública se lo está cargando, y unas buenas universidades. De hecho los médicos que están dirigiendo los grandes hospitales de referencia de Estados Unidos son españoles, lo que quiere decir que hay talento y hemos de saber valorarlo. Somos un país turísticamente muy atractivo y tenemos unas infraestructuras muy buenas, aunque también es cierto que hemos derrochado mucho dinero en obra pública. El problema es que no tenemos quien lo sepa dirigir; que confiamos, porque el pueblo tampoco es que se mueva mucho, en unos políticos que no saben nada y en sus manos nos acaba pasando esto. La sociedad civil tiene que reaccionar y coger las riendas del país porque bien gestionado, con gente que realmente tuviera talento y que lo supiera hacer bien, tiene un potencial a desarrollar tremendo. Deberíamos recuperar el espíritu de la Transición, cuando el objetivo común era tirar del país hacia delante. A la política debería llegar la gente que ya lo tenga todo hecho, que conozca el mundo real y que quiera sumar. Nos faltan estadistas que sepan cómo hay que construir un país con atractivo suficiente para que nuestros jóvenes crean en España.

Esta entrevista forma parte del tema de portada de la revista de la revista HOSTELTUR de enero de 2015.

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