Segovia
Parece Noruega, pero está en España, así son los fiordos castellanos
Publicada 10/09/25
Cuando se piensa en fiordos, la mente viaja de inmediato a Noruega, con sus aguas heladas y acantilados de postal. Sin embargo, en España existe un paraje que nada tiene que envidiar a aquellos paisajes nórdicos. En el municipio segoviano de Sepúlveda, el Parque Natural de las Hoces del Río Duratón ofrece un cañón de 27 kilómetros, con paredes verticales de más de 100 metros, meandros, ermitas medievales y una de las mayores colonias de buitres leonados de Europa. Un espacio natural protegido desde 1989 que combina geología, historia y biodiversidad, y que se ha convertido en uno de los grandes tesoros de Castilla y León.
El río Duratón nace en la sierra de Somosierra, en la provincia de Madrid, y a lo largo de su recorrido va esculpiendo el paisaje segoviano hasta formar, a la altura de Sepúlveda, uno de los cañones más espectaculares de la Península Ibérica. La erosión de la roca caliza ha dado lugar a un escenario de hoces y meandros que recuerdan a los fiordos escandinavos, aunque aquí el agua fluye con calma y el entorno conserva una identidad castellana inconfundible.
Las Hoces del Río Duratón fueron declaradas Parque Natural en 1989, lo que permite controlar la presión turística y garantizar la conservación de un espacio único. Algunas zonas requieren permisos específicos de acceso, especialmente en los meses de mayor afluencia, con el fin de proteger tanto el entorno natural como la fauna
El Parque Natural no solo destaca por su valor geológico, en lo alto de los cortados se alzan ermitas medievales como la de San Frutos, patrón de Segovia, construida en el siglo XI sobre un promontorio que domina todo el cañón. El visitante puede recorrer senderos que combinan naturaleza y patrimonio, como la ruta que conduce hasta la ermita o la Senda Larga, que atraviesa encinares y acantilados con vistas privilegiadas del cañón.
La riqueza natural de las hoces se refleja también en su fauna, ya que el lugar es conocido por albergar una de las colonias de buitres leonados más importantes de Europa, que encuentran en las paredes verticales un hábitat ideal para la nidificación. No es raro observar decenas de ellos volando en círculos sobre el cañón, acompañados de alimoches, águilas reales y halcones peregrinos. En el río, nutrias y peces autóctonos completan un ecosistema que mantiene su equilibrio gracias a la protección del parque.
Otra manera de descubrir el entorno es desde el agua: navegar en piragua o kayak por el Duratón, entre acantilados que superan los 100 metros de altura y con las aves planeando sobre el visitante, ofrece una perspectiva única del cañón. Estas actividades están reguladas para evitar molestias a la fauna en época de cría, pero varias empresas locales organizan excursiones guiadas para disfrutar del río de forma sostenible.
La visita al Parque Natural suele completarse con un recorrido por la villa de Sepúlveda, declarada Conjunto Histórico-Artístico. Sus calles empedradas, casas de piedra y templos románicos, como la iglesia de El Salvador, trasladan al viajero a la Edad Media. Y la experiencia no estaría completa sin probar la gastronomía segoviana: el cordero lechal asado en horno de leña es el plato estrella de la zona, acompañado de vinos de la Ribera del Duero.
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