Tengo una sociedad constituida en Mauricio. ¿Cómo la disuelvo?

En un entorno empresarial cada vez más globalizado es habitual que compañías españolas ejecuten proyectos en países a veces tan alejados como Mauricio.

Y en este contexto, resulta también cada vez más habitual optar por la constitución de una filial en el país de destino. Aún en el caso de que se trate de un proyecto concreto, con una duración no excesivamente larga, que en ocasiones no llega a superar un período de doce meses. Aún así, no son pocos los casos en los que se opta por constituir una sociedad filial en vez de operar a través de la matriz española.

Existe gran similitud en cuanto a los procesos para la constitución de una sociedad en distintos países. Sin embargo, la duda se plantea cuando finaliza el proyecto en cuestión y no existen perspectivas de un nuevo proyecto en el país. En ese caso es cuando se plantea la duda: ¿mantenemos la filial activa o procedemos a su disolución? Para ello es recomendable analizar la situación de cada país con el fin de valorar el coste que supone cada una de las opciones.

Así, en Mauricio por ejemplo, el mantenimiento de una sociedad aún sin actividad conlleva una serie de costes, por lo que en caso de no tener en perspectiva un nuevo proyecto, resulta recomendable proceder a su disolución.

Para ello la normativa local ofrece dos alternativas, con costes diferentes y consecuencias también distintas. Así, una primera opción más rápida y económica sería la baja del Registro Mercantil, de forma que la sociedad debe seguir un trámite relativamente sencillo que permite, no obstante, el alta de nuevo en cualquier momento.

Por el contrario, si se opta por la liquidación definitiva, el coste es algo mayor pero no podrá volver a darse de alta como sociedad. En ese caso, será necesario iniciar un nuevo trámite de registro.

En definitiva, las opciones son varias y por tanto será necesario analizar la situación concreta con el fin de poder optar por la que resulte más conveniente, según la situación y perspectivas que se planteen en cada caso.

Mónica Julve

Abogada